Hola, mi nombre es Eduardo y quiero contarles mi historia como padre de un residente en tratamiento…
En 2011 nos vamos de vacaciones con mi mujer y a los pocos días me llama mi hija que había problemas con Guido. Regresamos y nos enteramos que consumía drogas. Lo primero que hice fué buscar ayuda en internet, ahí me encuentro con El Reparo. Guido me decía que lo podía manejar solo. Al poco tiempo comenzó el tratamiento ambulatorio, habrá estado 18 meses.
Comencé a asistir a los grupos de padres junto a mi mujer. Al principio no entendía nada, hablaba de él, de sus problemas. Hasta que empecé a hacerme cargo, entendí la problemática del consumo y que yo era parte de la adicción de Guido. Empecé a hablar de mí y hacerme cargo de mi alcoholismo. Hice mucho daño con el alcohol, perdí tiempo con mis hijos, con mi mujer. Tenía mi trabajo y terminé vendiendo todo, trabajando para otra persona, hasta llegar a no tener dinero para pasarle alimentos a mis hijos.
Al comienzo el principal motor para sostener el tratamiento era mi hijo. Hoy el motor es mi salud, porque a pesar de que no consumo hace cuatro años, hay actitudes de alcohólico que todavía tengo que trabajar.
Guido y mi mujer fueron y vinieron del tratamiento. Yo lo sostuve, a pesar de que fué muy difícil, me sentía muy solo y ahí empecé a entender lo que en El Reparo llaman familia sustituta. Una palabra de apoyo, un abrazo sincero.
Hoy toda mi familia está en tratamiento
Estamos tratando de reparar, construir un vínculo nuevo.
#DonáEsperanza
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